Un artículo sobre esta iniciativa amiga y linda de BravO desde El Economista, diario mexicano. Preocupada porque esos libros prestados fueran devueltos en óptimas condiciones, a pesar de los traslados y la convivencia con más libros dentro de la mochila o el bolso, la diseñadora Liliana Acevedo se dio a la tarea de crear fundas para su cuidado.
No tardó mucho en darse cuenta de lo práctico que resultaba el accesorio y menos en asociarse con Guadalupe Carbajal, una abogada con quien formó la mancuerna ideal para crear BravÖ Cubiertas, una pequeña empresa dedicada a la producción de fundas protectoras para libros.
Bajo el eslógan de “no importa lo que lees, BravÖ lo protege”, estas cubiertas inteligentes se venden en dos tamaños y cada pieza está hecha de dos textiles: una cubierta y un fondo de algodón, mezclilla, gabardina, loneta o yute, además de contar con un broche de imán y un listón.
Los tamaños son mediano, con capacidad para libros de hasta 250 páginas, y el grande, para ediciones de hasta 450 páginas que, por qué no, también sirven para guardar pequeñas laptops o un iPad.
De cada uno de los modelos hacen únicamente 30 piezas y van cambiando los diseños conforme la temporada avanza, además de hacer cubiertas por encargo, dependiendo del gusto o las necesidades del cliente.
Eso sí, esta empresa mexicana utiliza materias primas orgánicas, pues tienen una visión congruente con la protección del medio ambiente.
Tanto Liliana, como Guadalupe, consideran que se trata de una empresa que vincula el arte con el negocio, porque sin duda desde su fundación, en noviembre del 2011, se han involucrado en actividades culturales, como una estrategia de mercadotecnia, en librerías como La Morgana, en Coyoacán, o la Secretaría de Cultura del Distrito Federal.
Así, han realizado diseños especiales para editoriales de corte independiente que regalan junto a sus lanzamientos con el objetivo de darse a conocer. En este aspecto han sido muy claras: su trabajo está estrechamente ligado a la promoción de la lectura.
Con la finalidad de que BravÖ se diera a conocer, se regalaron las cubiertas; hemos tenido convenio con los escritores, no tanto que se nos dé una parte proporcional por la venta, sino solamente que en la presentación se diga que hay un accesorio nuevo para los libros y que se regala en la compra de éste”, comentó Acevedo.
Otro de los retos de las dos jóvenes empresarias es también que la gente aprenda a cuidar los libros, además de disfrutar de la lectura.
Queremos seguir promoviendo la lectura, promover el uso del libro, llegar a todos los centros de cultura, a las librerías, para que todos tengan una BravÖ, ese es prácticamente el reto, porque amamos a los libros , respetamos a los libros, es lo que nos ha dado educación, porque nos han abierto las puertas al conocimiento, a la reflexión, a la lectura, al amor”, aseguró Carbajal.
Generalmente, explicaron, trabajan solas, pero eventualmente contratan personal para proyectos concretos y han triplicado la inversión inicial con la que arrancaron el negocio.
“Es enriquecedor, ha sido un reto, una reafirmación, una oportunidad de conocernos, de trabajar en equipo, para mí en pocas palabras, BravÖ es una bendición”, manifestó Carbajal.
Los pedidos de las colecciones existentes se pueden hacer directamente en su página web, donde también existe la posibilidad de dar rienda suelta a la imaginación y, tras intercambiar ideas, pactar con Carbajal y Acevedo un diseño personalizado.