(esp) M.S.Tour 2011 - Day 8: Genova

Después de pasar una tranquila noche en el camping, nos despertamos con un sol radiante, acompañados por la idea de visitar una importante ciudad de la ribera Liguria, Génova. Nos apresuramos a reordenar y preparar el kit para el viaje que durarìa casi un dìa. La distancia a Génova desde el camping no fue excesiva.  Después de veinte minutos entre la maraña de coches, nos sumergimos en la búsqueda de un aparcamiento para poder caminar libres por la ciudad. Inmediatamente después de recargar  las energìas en un bar cercano al parking, y de haber escuchado varios consejos para descubrir las principales atracciones turìsticas de la localidad, comenzamos a explorar Génova. Pasamos próximos a la Galerìa Garibaldi a través de callejuelas y altos edificios en una zona un poco vieja pero con un pequeño encanto histórico, la verdad, no creemos que fuese la mejor de la urbe. 


Desde aquí nos trasladamos hasta el Porto Antico, meta turística a parte por ser de interés histórico, por todos los edificios principales que allì podemos encontrar, como el Museo del Mare y sus barcos, los palacios y la universidad. Entre estos destaca el galeón Neptuno, y el Palazzo San Giorgio, merecedores de las miradas de todo el público...



No muy lejos de este punto, pudimos alcanzar el centro histórico para asì encontrar màs fácilmente algún negocio alimenticio gracias a nuestra “hambrienta mirada”… Y por supuesto no ìbamos a dejar de degustar un manjar tìpico genovese: la focaccia o fügasa disponible en una gran variedad de sabores; nosotros catamos la tradicional y otra espolvoreada con polenta.

Por casualidad mantuvimos una conversación en castellano con las dependientas del local, ya que ambas provenían de Sudamérica. Saboreando  esta delicia acompañamos el placer culinario al de la vista gracias a todo aquello que nos rodeaba, como por ejemplo la Catedral de San Lorenzo, la Iglesia de Jesùs, y otros tantos sugerentes  edificios culturales.


Siempre con nuestra focaccia en mano nos adentramos en la Plaza De Ferrari destacando aquí el Teatro de Felice con una de las tantas estatuas de Giuseppe Garibaldi colocadas a lo largo de toda la ciudad. Cercanos a este lugar se encuentran el Palazzo della Borsa, el Palazo della Regione y las preciosas fuentes que adornaban el área. Llegados a este momento debìamos realizar una pequena pausa debido al abrasante sol. Nos bebemos una birra en un bar tìpico italiano y sin tapas jijijiji.



Retornamos hasta nuestro adorado y “fuerte” coche, pasando de nuevo por el centro histórico y la Gallerìa Garibaldi, para trasladarnos hacia otra de las atracciones turìsticas: la Boccadasse.  Esta, està situada al Sudeste de la ciudad, junto al mar. La vista desde este punto se dibuja como una postal. Se respira un aire marino, las casas están pintadas de colores, las barcas son de madera, las montañas nos esperan en el horizonte, y tantos curiosos que se acercan a contemplar toda esta belleza bajo la luz de un radiante sol. 


Un precioso y cercano parque sería nuestra última visita en Génova, en una atmòsfera tranquila y relajante, un hombre  comiéndose unas moras muy abundantes allì, un viejo pescador, y algún que otro joven aventurero que se pierde entre las rocas marinas….



Nos quedaban aùn cerca de 300 km para llegar al último destino de este dìa. Pero primero nos tocaba disfrutar de aquel maravilloso paisaje entre la Liguria y la Toscana, nacido entre las montañas y mar, entre el campo y las ciudades. Por supuesto tuvimos algún que otro lìo de caminos. Condujimos a través de varias carreteras sin asfaltar, disfrutando de la serenidad del paisaje y del limpísimo aire, nuestra brújula estaba loca….. De repente una  simpática situaciòn se presenta en nuestro camino y nos hace reir de forma maliciosa, un cartel junto a la carretera con el nombre de una ciudad que en español tiene un significado muy diferente (mirar fotografía aquì abajo) jajajaja.

Llegamos entonces a la bellísima Toscana, avanzada ya la tarde, estamos a mitad de nuestro camino entre el Parque delle Alpi Apuane y el Parque dell’Appennino Tosco Emiliano, cada vez las vistas eran màs y màs bonitas. 

Después de unas horas, nos acercamos a provincias màs conocidas como Florencia, Lucca, Pistoia, Empoli, Prato…pero nuestra dirección era un pequeño pero importante pueblecito en medio de la nada. Entre unas ondulantes colinas y una atmòsfera nocturna nos esperaba San Gimignano. Tarde ya, intentamos difícilmente localizar un camping o cualquier espacio para montar la tienda, pero todo fue en vano. Descartada la posibilidad de visitar el pueblo por la noche debido al gran cansancio acumulado, indagamos para descubrir cualquier lugar donde dormir relajadamente en nuestro Xantia sin ser molestados por miradas indiscretas. Lo único que encontramos fue un parking público no muy lejano del centro de San Gimignano. Cocinamos una pequeña cena a base de patatas, huevos y el inolvidable Galbanino,(ese queso italiano que ya comenzábamos a echar de menos) ………..