La exhibición, compuesta por 5 instalaciones con sus respectivos bocetos y 2 pinturas presenta, según su autor, un paréntesis muy singular y crucial en su vida como creador. “A mis 40 años he descubierto grandes verdades ocultas que me han fatigado, que siempre fueron fantasías, leyendas, bromas de calles que nos inventamos para prevalecer unos por encima de otros, verdades de humor negro o costumbristas...” dijo Carmona.
El artista añadió además, “Todos podrían herir a la verdad, pero nadie podría matarla. Ya casi nada es verdad, todo está permitido. La verdad debe ser un pacto de honestidad consigo mismo, sin pasiones ni mordazas.”
Las instalaciones que componen la exposición y para las cuales se vale de maniquíes intervenidos son: ‘Debajo de la falda de mamá’, ‘Piedras y flores’, ‘Muerto de felicidad’, ‘Callan como los peces’ y ‘Repítelo otra vez’. Además se incluyen en la propuesta las pinturas ‘Flores y pimienta’ y ‘Mi amigo de conciencia Toulouse Laurec’. Los maniquíes están revestidos de personajes procedentes de un realismo mágico, que nos cuentan historias que trascienden la cotidianidad. Utilizando elementos del barroco europeo, Carmona brinda su interpretación sobre la sociedad en la que vivimos a través de una obra que habla al espectador con voces y dimensiones universales.
"Esta será una muestra donde hago una recopilación de mis propias historias y de vértigos sucesivos que me empujaron a entender nuevamente mi posición en este único mundo...," concluyó el artista.