“Mientras el Tio Sam esté contra ti, sabes que eres un hombre bueno”, fue uno de los comentarios que Malcolm X le hizo a Fidel Castro el 19 de septiembre de 1960, cuando se encontraron en el Hotel Theresa de Harlem, por única e histórica ocasión.
Fidel había acudido a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU. La Revolución Cubana tenía poco más de año y medio en el poder, pero la oposición del gobierno norteamericano al proceso naciente era ya manifiesta. Un hostil ambiente anticubano era sembrado a través de la prensa y las declaraciones de los voceros del gobierno estadounidense. Los dueños de los más céntricos hoteles neoyorkinos se negaron a alojar a la delegación cubana. El único que ofreció sus servicios exigió condiciones humillantes.
Mochila al hombro y con traje de campaña, el Primer Ministro cubano irrumpió entonces de improviso en la Organización de Naciones Unidas y planteó su determinación de acampar en los jardines de la sede del organismo mundial. Inmediatamente se hizo patente la solidaridad de la comunidad latina y la afronorteamericana. La delegación cubana fue invitada a alojarse en el Hotel Theresa, en pleno corazón de Harlem, el barrio pobre del pueblo negro neyorquino. Entre los coordinadores de aquella acción estaba Malcolm X, por aquel entonces dirigente de la Nación del Islam.
El encuentro entre estos dos líderes, en la habitación que ocupaba Fidel, fue fraterno y abarcó numerosas reflexiones filosóficas y políticas. Se habló de Cuba y del pueblo afronorteamericano, de Lumumba y de África, del racismo y de la solidaridad. Unas palabras del Comandante en Jefe sellaron la razón que unió en afinidad a estos hombres: “Luchamos por toda la gente oprimida”
Uno de los periodistas invitados a aquel histórico encuentro, Ralph D. Matthews escribió un artículo parra el semanario New York Citizen-Call, que fue publicado el 24 de septiembre de 1960. Cubadebate lo reproduce para sus lectores: